Coraje
- Sevastian Marquez
- hace 4 días
- 1 Min. de lectura

Por: Sevastian Marquez
Sin darte cuenta, empiezas a echar de menos lo que antes fluía como el agua: esa risa que nacía sin esfuerzo, el brillo en los ojos al ver una historia en la pantalla, las caminatas sin prisas, sin ese nudo invisible en el pecho. Y no, no es pereza, ni apatía. Es duelo. Un duelo silencioso, íntimo, por una versión de ti que un día se sintió invulnerable… y que ahora se acurruca en la noche, temblando ante su propia fragilidad.
Pero hay algo profundamente bello en eso. Porque también eso es humano: quebrarse sin romperse, llorar sin rendirse. También eso es vivir. Vivir no es siempre avanzar; a veces es quedarse quieto, respirando entre escombros, recogiendo con ternura los pedazos de uno mismo. Y eso, aunque duela, también es crecimiento. También es coraje.
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