Escrito por: Carlos A. Gracia B. Periodista OFICINA ASESORA DE COMUNICACIONES IDRD
A propósito de la Copa Mundial Sub-20 Femenina de la FIFA en nuestro país, recordamos al hombre que fue técnico del primer equipo tricolor de mujeres: Juan Carlos Gutiérrez Sánchez, hoy funcionario del IDRD.
Colombia vive actualmente una gran fiesta del fútbol, por el que todos los ojos de los amantes del deporte de las multitudes en el planeta, están puestos en nuestro país: la Copa Mundial Sub-20 Femenina de la FIFA, que arrancó el pasado 31de agosto y finaliza el 22 de septiembre.
Desde 2008, en aquel Suramericano Sub-17 de Chile, donde brillaron Natalia Gaitán, Yoreli Rincón, las gemelas Tatiana y Natalia Ariza, Liana Salazar, Ingrid Vidal y Daniela Montoya, entre otras, dirigidas por Pedro Rodríguez y que fueron campeonas, el fútbol femenino en Colombia ha venido creciendo a pasos agigantados, al punto que hoy es un rival al que se respeta en todas las categorías; y ya fue subcampeón mundial, sub-17, en la India en 2022.
Sin embargo, hay más historia atrás de 2008. Varias mujeres jugaron al fútbol y sembraron las bases. Pero fue en 1998 cuando se vio por primera vez a una Selección Colombia de Fútbol Femenino, que participó en el Campeonato Suramericano de Mayores en Mar del Plata, Argentina, y ocupó el cuarto lugar, equipo que en cancha capitaneaba Miryam Guerrero.
Juan Carlos Gutiérrez, el hombre que inició dirigiendo las selecciones femeninas de fútbol de Colombia. Foto IDRD.
El artífice
Ese equipo lo dirigió Juan Carlos Gutiérrez Sánchez, bogotano de pura cepa, acualmente con 62 años y quien es el coordinador del programa de Talento y Reserva del IDRD y nos contó la historia de este proceso.
Él es licenciado en Educación Física de la Universidad Pedagógica, especilizado en fútbol en el Instituto de Educación Física de Moscú, practicó fútbol y fútbol de salón, por lo que fue entrenador del equipo femenino de la Pedagógica; posteriormente se fue a su especialización en Rusia y regresó en 1989, para vincularse a trabajar en la Junta de Deportes de Bogotá.
“Allí trabajé con el maestro Finot Castaño, con quien empecé todos los procesos de Selección Bogotá. En 1990 pasé a la Liga de Fútbol de Bogotá, y en 1994 se necesitó un técnico para el fútbol femenino ante la salida de quien lo hacía, y me nombraron a mí, y pues arranqué el proceso y lo mantuve, a pesar de haberme vinculado a trabajar en 1997 al Instituto Distrital de Recreación y Deporte –IDRD-. Seguí hasta 2002, cuando ya por mi tema laboral con el Distrito, di un paso al costado y está desde entonces estoy con el
Instituto”.
¿Qué podemos decir de tener una Copa Mundial Femenina en nuestro país y recordar cómo empezó este proceso?
Interesante tener la oportunidad de hacer un Mundial, importante para el país y para Bogotá. La diferencia grande de lo que se hizo a lo de hoy, está en la importancia que hoy tiene el fútbol femenino. En su momento fueron referentes, personas que tuvieron interés casi que personal en cada una de las jugadoras, y algunos equipos que lograron consolidar en regiones como Valle, Antioquia y Bogotá. Ese deseo de querer desarrollar el fútbol femenino fue calve para poder considerar que tendríamos la posibilidad de dirigir la Selección Colombia a nivel internacional. Y fue en 1998 cuando se dio ese primer equipo femenino de mayores, el que empezó a escribir esta bella historia”.
¿La idiosincrasia nuestra, el machismo –por fortuna ya derribado-, fue obstáculo para un mejor desarrollo del fútbol femenino en ese momento?
Sí, es cierto. En ese momento la mujer no se veía de la mejor manera porque hacía una práctica deportiva que históricamente habia desarrollado el hombre. Sin embargo, ellas con su carácter, su forma de ser y jugar, y su inteligencia, supieron aprovechar eso e irse ganando poco a poco los espacios correspondientes y lograr dejar sentadas las bases para que a futuro se vieran reflejadas no solo en la categoría mayores, sino también en las más pequeñas. Por eso tuvimos selecciones juveniles, prejuveniles e infantiles, que tienen un proceso y hoy hay un desarrollo nacional e internacional de todo un sistema, que ratifica el óptimo momento del fútbol femenino colombiano.
¿Cuándo empezaron con ese sueño, alguna vez se imaginó ser sede de una Copa del Mundo Femenina en Colombia?
No tanto es creer que no lo íbamos a hacer, sino saber que teníamos las grandes oportunidades para hacerlo. Las deportistas que nosotros tuvimos en esa época, de 1998 a 2002, siempre fueron muy activas, dinámicas, propositivas. Ellas sabían que este momento iba a llegar, lo heredaron, lo transmitieron y lo consiguieron.
¿Cómo ha vivido usted este proceso, de lo que ustedes sembraron, y luego -desde 2008 a la fecha-, cuando somos protagonistas y tenemos jugadoras en el exterior?
Nosotros dimos las bases, sí. Pero desde 2008 en ese Suramericano que se ganó, se logró abrir los ojos, se aprovechó la oportunidad, y todavía se sustenta la Selección de Mayores con algunas de esas jugadoras. Fue ideal, lo mejor, teníamos un grupo de inquietos entrenadores que siempre querían avanzar en el desarrollo del fútbol femenino. Y también de otras regiones del país, como el profe Carlos Paniagua, hoy técnico de la Sub-20. Que tengamos jugadoras afuera, pues es el desarrollo propio de las capacidades que debe tener la futbolista. Han crecido y tal como sucedió con los hombres, ya no tenemos un equipo con jugadoras que actúan aquí, sino de las internacionales.
¿Cómo ve a Colombia y a sus rivales en esta Copa Mundial Sub-20 Femenina?
Es un torneo difícil. Selecciones como Brasil, Alemania o España, que han ganado todo, son rivales que tienen un juego muy interesante y mucho desarrollo. Me inclino por España. Y en cuanto a Colombia, la veo bien y creo que nos va a dar alegrías. Vamos a ir partido a partido; este equipo nos va a dar grandes sorpresas, se lo aseguro. Y el fútbol colombiano va a seguir creciendo mucho más.
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