Tras varias semanas de haber estrenado su documental “Soy Céline Dion” en Prime Video, en el que puso al descubierto la posibilidad de no poder volver a cantar por temas de salud, la canadiense cantó en la ceremonia inaugural y demostró que viene superando su enfermedad con tenacidad.
Celine Dion en la ceremonia de los Juegos Olímpicos. FOTO Cortesía @Olympics
La cantante Céline Dion, ausente de los escenarios desde 2020 por enfermedad (sufre el Síndrome de Persona Rígida), interpretó el célebre El himno al amor de Edith Piaf este viernes desde el primer piso de la Torre Eiffel, momentos después de que se encendiera el pebetero olímpico.
La canadiense, de 56 años, ya había actuado en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996.
Pocos la imaginaban en París al ver el impactante pasaje del reciente documental Soy Céline Dion, en el que aparece sacudida por espasmos, vencida por el dolor, en medio de una crisis, debido a que sufre de este trastorno autoinmune.
Esta rara patología neurológica sin cura conocida la ha obligado a abandonar su carrera.
Para la artista canadiense, la decisión de hablar de su enfermedad en el documental es a la vez “el mayor regalo y la mayor responsabilidad” y espera servir de inspiración a personas con situaciones similares.
Dion tiene un vínculo especial con Francia, donde explotó con el disco “D’eux” (1995), escrito por el compositor francés Jean-Jacques Goldman.
En 1997, el planeta sucumbió con My heart will go on, en la banda sonora de la superproducción Titanic de James Cameron.
Amigos y el público en general celebraron este regreso de la artista justo para este momento histórico.
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