Indiferencia
- Sevastian Marquez
- hace 2 días
- 1 Min. de lectura

Hay una soledad que duele más que el silencio: la que se siente en presencia de quienes creímos cercanos. Es un vacío que no proviene de la ausencia, sino de la indiferencia disfrazada de compañía. Porque no siempre quien está a nuestro lado está verdaderamente con nosotros. A veces, la distancia más cruel es la de quien dice estar y no lo demuestra, de quien escucha pero no atiende, de quien mira pero no ve.
Uno aprende, a veces con desinterés y otras con dolor, que no todo vínculo es refugio, ni toda presencia es abrigo. Y en ese aprendizaje, aunque duela, está la semilla de una libertad más honesta: la de elegir rodearse de quienes realmente sostienen, no de quienes solo ocupan espacio. Porque merecer compañía no es lo mismo que aceptar cualquiera.
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