SANTIAN

Hay encuentros que no se buscan, simplemente suceden.

Y así llegaste tú, Santi, cuando yo no pretendía enamorarme, cuando el corazón caminaba con cuidado, lleno de dudas y silencios aprendidos. Yo mismo lo sé —y tú también—: tenía miedo. Miedo a que me rompieran el corazón otra vez, o peor aún, a perder la capacidad de confiar, de creer en el amor sin reservas.

SANTIAN

Pero tú llegaste distinto.

Llegaste sin promesas vacías, sin máscaras, sin pedir nada a cambio. Te entregaste por completo, con una honestidad que desarmó mis defensas y con una ternura que me enseñó, poco a poco, que amar también puede ser un lugar seguro. Donde antes había dudas, sembraste calma; donde había temor, pusiste verdad.

Hoy cumplimos nuestro primer mes de aniversario, y parece poco en tiempo, pero inmenso en sentimiento. Porque en este mes he aprendido que el amor no siempre hace ruido, a veces susurra… y aun así se queda. He aprendido que confiar vuelve a ser posible cuando alguien decide cuidarte, incluso en la distancia, cuando alguien elige quedarse, día tras día.

Cerca o lejos, siempre estamos en el corazón del otro.

Nuestros latidos se buscan aunque no se toquen, nuestras palabras viajan para abrazarse, y nuestro amor se escribe despacio, con paciencia y verdad. Estamos construyendo algo que no depende del lugar, sino del compromiso de sentirnos mutuamente.

Hoy quiero que estas palabras sean un puente. Que mi amor viaje hasta donde tú estás y se quede contigo, que te envuelva, que te recuerde lo importante que eres para mí y lo profundamente enamorado que estoy de ti. Gracias por enseñarme a confiar de nuevo, por tomar mi mano incluso cuando temblaba, por escribir conmigo esta historia que apenas comienza.

Feliz primer aniversario, amor mío. Que sea el primero de muchos meses, de muchos años, de muchas páginas llenas de nosotros❤️