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Foto del escritorEmisora Radio Rebel

10 bandas de post punk colombianas para bailar en las sombras


Los sonidos oscuros que gestan en este país cada vez cobran más fuerza y están poniendo a bailar a las criaturas de la noche.


A finales de los 70, luego de la separación de Sex Pistols y la muerte de Sid Vicious, se dijo torpemente que el punk había muerto. Nada más falso que eso porque esta cultura más bien estaba regresando a su esencia subterránea, desafiante y experimental. A lo largo de los 80 y 90, comenzaron a nacer varios proyectos alimentados por el DIY, las escuelas de arte, la filosofía dadaísta y las ganas de crear. A las guitarras se les unieron sintetizadores y a la distorsión, en algunos casos, se le bajó la velocidad para crear sonidos nuevos, desafiantes y sobre todo oscuros. Para darle orden y catalogar todo está tormenta musical, la prensa le puso post punk que es la sombrilla que cubre un montón de estilos sonoros y estéticos, que rompieron todos los moldes de la época.


Desde los juegos más extraños como Throbbing Gristle, Milk TV o Teenage Jesus and the Jerks, hasta ídolos de la cultura popular como Joy Division, Blondie o Depeche Mode, se nutrieron del pulso creativo de ese momento. Entre las búsquedas, rupturas y formas de pensar la música, aparecieron varios géneros como el industrial, el death rock, el rock gótico, el new wave, el cold wave, el dark wave, el no wave, el electro, el EBM entre muchos otros sonidos que desde entonces han estado reverberando en la noche.


En Colombia, esta influencia se ha hecho sentir desde finales de los 80 con bandas como Hora Local, Necro Nerds y la Orquesta Sinfónica de Chapinero, todos grupos del fugaz sello Discos Roxy. A lo largo de los 90 y los inicios de los dosmiles se crearon otros proyectos que hoy son icónicos como Frankie Ha Muerto, Los últimos romántikos, Estados Alterados, CO2, Mugre y otras rarezas pérdidas en el tiempo y la memoria. Pero esta música siempre ha sido muy fluctuante, con pequeñas olas y algunas bandas, pero desde hace unos diez años ha conseguido consolidarse con fuerza.


De hecho, en todo el planeta en la última década se ha vivido lo que se llama el post punk revival, que ha traído nuevos sonidos inspirados en los pioneros de los 80 y donde hay nombres muy famosos como Molchat Doma, She Past Away, Motorama, Boy Harsher entre otros.


En un país tan oscuro como Colombia, toda nuestra dislocada realidad es material perfecto para las tonadas sombrías del post punk y cada vez nacen más proyectos en todo el territorio que convocan a las criaturas de la noche a bailar en los cementerios que son las calles de las ciudades, acompañados de la niebla y la luna.


Aquí les presentamos diez proyectos de post punk colombiano que están creando y moviéndose en la noche.


Dos sintetizadores que suenan con bajos duros densos y oscuros y una garganta que grita todas las tormentas del alma es lo que necesita este proyecto bogotano que es frío, pesado y muy fiestero, como la densa capital.


Death rock desde la capital, esta banda creó su álbum debut en la pandemia y su mortecino sonido puede ser frenético y descontrolado, lleno de furia y rabia, o puede ser como una densa marcha fúnebre hipnótica y angustiante.


Este viaje a lo profundo de la noche tiene muchos estados de ánimo y a veces es indescifrable. Esta banda de Medellín a veces nos sacude con fuerza y a veces nos lleva a un estado de nostalgia y contemplación dulce y triste a la vez.


Los señores de las noche y las tinieblas. Este dúo bogotano de cold wave nos hiela la sangre con su sonido, pero al mismo tiempo nos pone a bailar. Una gruesa voz y unos sintetizadores que nos invitan al trance componen la propuesta de Antiflvx.


A veces violenta, a veces calmada, a veces bailable y siempre oscura es esta banda bogotana, que une las guitarras distorsionadas con los sintetizadores ensoñadores, crea un remolino de bajos densos y sentimientos dolorosos pero necesarios.


Esta banda de Armenia es como el experimento de un científico loco encerrado en un castillo embrujado. Su sonido con toques góticos marcado por el sintetizador es un delirio de sombras y colores rojos y morados que forman un vórtice de locura que invita a bailar o morir.


Como un ritual místico para invocar a los dioses de la muerte es la música de este dúo de Medellín. El rock gótico es la inspiración de La Procesión de lo infinito que en sus voces tiene un toque dramático, como de una ópera épica dedicada a la metamorfosis de un vampiro.

Esta es una banda emergente de Manizales que, con sus fríos sintetizadores, nos invita a bailar entre la neblina moviendo nuestros cuerpos de forma errática, como los muertos que se levantan para una última noche profana de placeres mundanos.


Creada en Bogotá pero con raíces en Honda, Tolima, esta es una banda que experimenta con los límites del punk y el new wave. Escuchar este proyecto es como estar atrapado por un tornado. Primero el caos del viento te sacude por completo, luego el ojo de la tormenta te da un poco de calma, pero al final vuelve el desenfreno y la oscuridad.


Este es un proyecto de electro misterioso y profano. Una sola persona conforma este infierno de máquinas y sonidos extraños cuyos cables se meten entre los músculos y te poseen para hacerte bailar con desenfreno.



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